En los últimos días se ha hablado mucho de la militancia de
los jóvenes e incluso del proyecto de ley para que puedan ejercer la opción de
votar los jóvenes de entre 16 y 17 años. Este proyecto genera entusiasmo en sus
autores (el kirchnerismo) y rechazo en la oposición. Es difícil hacer números
pero con datos extra oficiales un 70 % de los jóvenes milita en grupos
kirchneristas, tal vez esto explique el entusiasmo en un sector y el rechazo en
el otro.
Nada tiene más empuje en la naturaleza que la fuerza de un
individuo joven, su ímpetu, su pasión, su estar vivo, un joven está vivo en el
sentido más pleno cuando hace algo con toda su pasión, sea un deporte, un arte,
una ciencia y afortunadamente está vivo cuando elige
militar en política. También esta vivo cuando discute, cuestiona, debate, se
enoja, todo con esa misma pasión.
Esas luchas y esos debates se aplican a los temas de la época
que son particulares, pero hay una serie de universales, que trascienden a toda
época, esos universales son el atreverse a discutir lo establecido, un joven
tiene la ventaja de no estar comprometido con el discurso de la época, es quien
menos miedo tiene de cuestionar el discurso que rige su época, es quien más
pierde por mantener el discurso y cree que es quien más gana por cambiar ese
discurso.
Esos universales suelen tener como brújula el altruismo,
fundar una sociedad más justa, rebelarse contra las injusticias, cuestionar lo
establecido, reclamar derechos para todos por igual.
Como somos presos del discurso de nuestra época, cuando
hablamos de los jóvenes militantes le ponemos implícitamente un nombre, lo
saben los medios hegemónicos y lo saben los partidos políticos, se habla de los
jóvenes pero en realidad hoy todos se refieren a La Cámpora. Estoy
convencido que si mañana hubiera elecciones ganaría un candidato kirchnerista,
eso genera el entusiasmo y el rechazo por la Cámpora.
Desde un principio me resultó novedoso el nombre de la agrupación, primero
por el acierto en reinvidicar al personaje del peronismo que mejor se llevó con
la juventud peronista, pero fundamentalmente me llamó la atención porque el
principal atributo de Héctor Cámpora fue su lealtad, primero a Evita, luego a
Perón. Cámpora fue un leal, un obediente que pagó con su renuncia tras 49 días
de gobierno en aquellos días que la juventud peronista tocó el cielo con las
manos. Un leal partidario, un conservador. El asombro fue que los jóvenes hayan
elegido el nombre de un obediente para identificarse. El conservadurismo no es
un rasgo que haya caracterizado a la juventud en ninguna época.
Militar sin los fondos del estado y en dictaduras es mucho
más difícil que militar en democracia y con recursos económicos. Ese nacimiento
en la privación y en ausencia de líder general de la JP tal vez haya sido el
principal empuje que tuvo la JP
para atreverse a cuestionar al líder, cuestionarlo al punto de la ruptura, al
punto de una confrontación con Perón que la JP no pudo no quiso o no supo evitar. Allí donde
estuvo la Juventud trabajadora
peronista, Perón puso la
Juventud sindical peronista, donde estuvo la JP , Perón creó la Juventud Peronista
de la República
Argentina. Todos los intentos del viejo líder no pudieron
hacerle frente a la convocatoria de la
JP.
Probablemente Perón no pudo guiar a la JP dentro del movimiento hacia
la labor que pretendía encarrilarla. Néstor y Cristina pudieron hacerlo, la
concibieron a La Cámpora
no a imagen y semejanza pero si la concibieron obediente.
Los jóvenes de La
Cámpora no cuestionan la ley anti terrorista, no cuestionan
las muertes en protestas sociales, no cuestionan la política minera, no
cuestionan la política de transporte, no cuestionan tener lideres millonarios,
no cuestionan a un vicepresidente de Puerto Madero y Harley Davidson, no
cuestionan muchas cosas, obedecen, sienten que le deben mucho al kirchnerismo
por haberles devuelto la esperanza, tal vez tengan razón, pero no se permiten
cuestionar nada, ni siquiera aspectos, mucho menos se permiten cuestionar a su líder.
En la lógica actual, en la lógica de militancia y obediencia
deseo que los jóvenes de La
Cámpora opten por la militancia y no por la obediencia, de optar
por la obediencia perderían una oportunidad histórica y perder una oportunidad los
igualaría al menos en eso a la gloriosa JP.