domingo, 23 de octubre de 2011

La fuerza del liderazgo.


Además de años de crecimiento económico, ayuda social a los sectores históricamente desprotegidos, reducción de la pobreza y el desempleo, desendeudamiento y otros indicadores socioeconómicos y culturales el comportamiento de un electorado puede deberse a dos factores psicosociales siempre presentes en el votante: el conservadurismo y la percepción de un liderazgo claro.
Por conservadurismo no me estoy refiriendo al político, ni mucho menos al económico, si no al carácter conservador de la mente humana ¿Qué es una mente humana? Básicamente no es otra cosa que un gran aparato de significación que intenta darle un sentido al mundo, a las cosas que vemos, escuchamos, leemos, en fin darle sentido a toda la información que recibimos desde afuera.
Ese sentido otorgado al mundo como fruto de trabajo mental lleva su trabajo, en la niñez es más o menos el sentido de nuestros padres, en la adolescencia si todo va bien nos esforzamos por cuestionar el guión paterno para formar uno nuevo que no necesariamente niega punto por punto el anterior pero si que busca ser más o menos autónomo. En ese trayecto hay un montón de ilusiones y desilusiones, aciertos y errores, enamoramientos y desenamoramientos, una tensión constante entre lo que se tiene y lo que se incorpora con el temor de perder siempre lo que se tiene y tanto trabajo costó. Incorporar nueva información siempre conlleva la tensión de hacerla entrar por el tamiz de la información que ya tenemos sea un esquema de valores una ideología o como se la quiera llamar.
La mente es conservadora porque tiene una tendencia biológica a la homeostasis, a el equilibrio, a mantener la información ya establecida, no somos proclives a cambiar nuestros esquemas facilmente, cambiarlos implica conflicto, se cambian muchas veces a lo largo de una vida pero nunca sin esfuerzo.
El comportamiento de voto es una más de todas nuestras conductas, la efectuamos en líneas generales en consonancia con nuestra ideología,  si así vamos bien mejor no cambiar. Algo así sucedió con las elecciones de este año, salvo en Catamarca y Río Negro han ganado siempre los oficialismos, la gente con total sensatez evaluó que con los gobernantes vigentes se está bien o se está mejor que antes o se está mejor de lo que se estaría si se cambia.
La mayoría de los valores, creencias e ideologías que mantenemos están personificadas en una persona que encarna todo ese sistema ideológico, muchas veces esa persona es la creadora de un sistema de ideas, otras veces solo lo prolonga, otras veces es una persona contemporánea y otras es una persona ya muerta que ha logrado trascender, ganándole a la muerte biológica para acceder a la inmortalidad de las ideas. La presencia de esa persona es fundamental para escenificar todo sistema de ideas, a ese tipo de persona podemos llamarla líder.
No hay líderes sin seguidores ni al revés, en términos teóricos se parecen al huevo y la gallina ¿Cuál apareció primero? Del líder sus seguidores esperan muchas cosas, coherencia, firmeza, carisma, autoridad, decisión, intransigencia, diálogo y muchísimas características de personalidad que dependen del líder y de sus seguidores, hay tantos estilos como líderes y seguidores, pero hay una constante, los seguidores siempre esperan del líder que los guíe o más aún que los proteja.
Un líder ausente, genera una sensación angustiosa en sus seguidores que puede implicar la caída en cascada de todos los logros, un líder presente protege y guía, siempre fue así.
En estas elecciones probablemente se hayan escuchado cosas tales como “así estamos bien” “es la única que tiene capacidad” “sabemos quien es y lo que hace” “de la oposición no sabemos quienes son y que quieren hacer”.
Es justamente la conjunción de estos dos factores la sensación de bienestar actual y la fortaleza de un liderazgo la que puede explicar parte del comportamiento de voto. No es casualidad que esta fortaleza haya estado encarnada en la figura de quien con un gran acierto publicitario selló sus avisos con “la fuerza de…” la fuerza del liderazgo podemos decir con total justicia. Mis felicitaciones a quienes lideran con fortaleza y a quienes se siente guiados por un líder fuerte.

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